Techos a dos aguas: Del pasado al presente

La arquitectura moderna no solo emplea técnicas y procedimientos novedosos que dan como resultado obras impresionantes e innovadoras, también se basa en muchos métodos que se utilizaron en el pasado. Una de las partes fundamentales de una vivienda es el techo debido a que representa una protección tanto para la estructura como a sus habitantes y debe ser elaborado de tal manera que pueda resistir las inclemencias del tiempo y otros factores que pueden ocasionar algún desgaste e inclusive su deterioro y para asegurar esto se utilizan los techos a dos aguas.

Estos techos fueron empleados en la antigua Grecia y Roma, ganado gran aceptación y expandiendo a otros países como Italia en donde es muy utilizado en construcciones citadinas como en viviendas de campo. Los techos a dos aguas eran conocidos en la arquitectura romana y griega como tímpano o frontón, los cuales eran superficies decorativas de forma circular o triangular colocada sobre un dintel o parte superior o en el arco de entrada, en otras ocasiones servían para rellenar el espacio que se encontraba al final de dos secciones inclinadas del techo.

En la edad media, este tipo de cubierta se utilizaba como una zona para mostrar algún tipo de señalizaciones, las casas de este periodo presentaban un solo techo a dos aguas que les permitían que el agua y la nieve se desplazarán rápidamente. Con el paso del tiempo, comenzaron a utilizarse techos a dos aguas entrecruzados, luego de este periodo, comenzaron a aparecer variaciones en las líneas inclinadas de estas techumbres.

Los techos a dos aguas es una alternativa que consta de dos faldones o alas que cuelgan a ambos lados de la cubierta y se unen en el medio, cada uno de estas colgaduras tienen una inclinación un poco mayor al 10% y de igual ángulo. Esto permite generar una forma de triángulo simétrico, que se observa nítidamente al mirarlo de manera lateral.

Para la fabricación de este tipo de techo se utilizan distintas tejas, las cuales se encuentran fabricadas en diversos materiales que Construcciones Yamaro explica detalladamente:

• Tejas de fibrocemento: Son tejas que se elaboran con fibras mineralizadas y cemento, tienen un bajo costo y son muy livianas, lo que permite que su colocación sea muy fácil. Presentan la desventaja de que no resisten las variaciones climáticas, lo que la convierte en algo obsoletas y poco recomendadas.
• Tejas asfálticas: Son cubiertas con una excelente impermeabilidad ya que poseen un laminado asfáltico, lo que la convierte en la opción ideal para ser colocadas en las viviendas. Su aislamiento al agua es debido a que es elaborada con fibra de vidrio, materiales orgánicos y gránulos cerámicos. 

• Tejas de acero: Presentan una alta resistencia a la humedad, al salitre y a la lluvia, tiene un aislamiento térmico muy alto y al ser colocadas quedan perfectamente herméticas, lo que asegura que son se produzcan ningún tipo de filtraciones. Son muy livianas y resistente al fuego.
• Tejas de pizarra: La pizarra es un material natural muy duradero que puede tener una vida útil de casi 100 años, es muy resistente a los cambios climáticos, además posee una belleza sinigual. Suelen ser un poco costosas, pero el resultado vale la pena.
• Tejas de madera: La madera es un material que en la actualidad sigue cautivando al mundo de la construcción debido a que otorga un estilo muy clásico, además ofrece espacios cálidos y confortables. Evitan la humedad y por ende la presencia de hongos y moho.

Los techos a dos aguas son fáciles de colocar y dan una buena protección a los ambientes interiores, así como también ofrecen la incorporación de un espacio más a la vivienda como lo es un ático.