Resaltando la prosa localista y universal de Francisco “Pancho” Massiani


Escritores venezolanos existen muchos, casi cada centímetro de la historia, identidad, cultura y modo de vida criollos han sido expresados en las líneas del algún literato nacido o adoptado por esta tierra; pero esto no quita el valor trascendental de sus expresiones y el legado de cada uno a la hora de definir la vasta y compleja literatura del país, y uno de los exponentes más interesantes y de mayor significado en estas lides, es el novelista, cuentista y dibujante venezolano, Francisco “Pancho” Massiani.

Piedra de Mar es su más importante esfuerzo literario (Foto: mercadolibre.com.ve)
Caracas le vio nacer, el dos de abril de 1944, en una casa llena de cultura, libertades y alegrías, parte de una familia con raíces italianas, y acompañado de sus padres y tres hermanos, Felipe, Jeanette y Coromoto. Ese hogar, se transformó en basamento de su talento y creación, no solo por la educación recibida, sino por haber fomentado el intercambio intelectual y social entre los propios, y los visitantes, lo que junto a sus viajes y estudios, le convirtieron en la figura que hoy ocupa estas líneas.

Piedra de Mar, publicada en 1968, se convirtió en uno de los más grandes éxitos no solo de su carrera, sino de la historia literaria venezolana, es una de las obras más leídas, conocidas y reeditadas de los últimos treinta años, y además marcó el rumbo de su primera etapa de trabajo, donde pondera los rituales de paso del adolescente venezolano de la época, los lugares que conoce, su mundillo y forma de ver la vida, como espejo de la juventud del momento.

Su obra se encuentra entre las más vendidas a nivel nacional (Foto: flickr.com)

Las primeras hojas de la noche (1970) y El llanero solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes (1975), mantuvieron la línea de la primera novela, pero esta vez en forma de cuento, dando paro a Los tres mandamientos de Misterdoc Fonegal, novela de 1976, que cerró un ciclo en su historia personal y producción editorial que luego recuperaría a finales de los 90.

El Premio Nacional de Literatura de Venezuela 2010 - 2012, se suma a otros importantes reconocimientos a su labor, como el Premio Municipal de Prosa en 1998, o el primer lugar del V Concurso anual de la Fundación para La Cultura Urbana de 2005 o la creación de un documental con su historia.

Construcciones Yamaro se une al pueblo venezolano en el reconocimiento nacional a este gran hombre de las letras de Venezuela.

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