Las manos italianas que hicieron crecer a El Tigre
Progreso, tradición y familia sembraron los italianos en el estado Anzoátegui, llegando a desarrollar en esta entidad gran cantidad de proyectos económicos que le dieron forma a una de las zonas más importantes del país. Crearon lazos eternos con estas tierras que les brindó no sólo cobijo y la posibilidad de prosperar, sino un nuevo punto de partida, una nueva patria y una razón para continuar adelante, aún después de dejar atrás el terruño y con un nuevo horizonte.
El Tigre fue uno de los lugares donde el asentamiento de italianos fue mayor y más marcado; especialmente, como en la mayoría de los casos, luego de terminada la II Guerra Mundial, a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, cuando una Europa devastada levantó sus ojos al nuevo continente en busca de posibilidades. Y un buen grupo de familias de esta nacionalidad, la encontró al oriente de Venezuela, estableciéndose y revitalizando el área con nuevos proyectos, diligencia y descendencia.
Stéfano Massobrio, Oreste Bandini Biaggi, Celeste Bragazza o Pedro Dizio se cuentan entre los pioneros que hicieron a la comunidad tigrense suya, y que se encargaron de esculpir el panorama económico de la ciudad, generando así, trabajo para cientos y miles de lugareños y una atmósfera productiva para todos. Hoteles, supermercados, tiendas y talleres, así como probando suerte en la ganadería y el agro, estos emprendedores se dieron a la tarea de levantar negocios y servir a sus vecinos.
Vanelli, Ciarelli, Orsini y Carrara, sí como, Laveglia, Scaramuzi, Graniero, Migliorini o Mazzucco se hicieron nombres comunes dentro de la población anzoatiguense, y los hijos y nietos de los que llegaron primero, han continuado la tradición de trabajo y compromiso que se ha hecho marca de quienes invirtieron su tiempo y esfuerzo en un nuevo norte para verlo florecer.
La gastronomía, la política, las artes, el comercio y la manufactura se vieron grandemente favorecidas por las nuevas ideas y las antiguas tradiciones italianas que desembarcaron al sur del estado y se quedaron allí hasta el sol de hoy, y Construcciones Yamaro se hace eco de esta herencia y de la positiva influencia de este accionar para darlo a conocer en todo el país.