La historia arquitectónica de Venezuela es contada por Graziano Gasparini
Venecia fue el lugar de formación profesional de uno de los hombres que, tras su llegada a Venezuela, cambiaría la forma de mirar no solo la construcción de un nuevo país, sino la manera de mirar al pasado y la historia de la arquitectura venezolana y latinoamericana: Graziano Gasparini; un arquitecto, pintor, investigador, autor, trotamundos, viajero y mucho más, que ha dedicado su vida no solo a entender cómo vivieron y que crearon los antepasados, sino a recuperarlo de cara al futuro.
Gasparini reconoció desde muy joven su gusto por los antiguos edificios que le rodeaban las cercanías del pueblo de Friuli donde pasó su juventud, o en Aquileia una de sus ciudades favoritas, y en la misma Venecia donde estudió en el Instituto Universitario de Arquitectura y en la Academia de Bellas Artes, para luego continuar con un posgrado en La Sorbona de París.
Experiencias todas que además de instruirle, le prepararon para una vida dedicada a la búsqueda y reconstrucción del pasado a través de las edificaciones.
Venezuela le recibió en 1948 cuando llegó por labores de promoción académica en una mini gira por Colombia, Curazao y este país; pero su arribo, más afortunadamente que otra cosa, ocurrió en momentos tensos, pues coincidió con el golpe de estado contra el Gral. Marcos Pérez Jiménez, lo que ocasionó no solo un toque de queda que le cambió los planes y le impidió salir del país, sino que le proporcionó sus primeros trabajos en esta tierra, a los cuales les siguieron otros, para luego convertirse en una carrera.
Sus viajes le permitieron además de conocer este nuevo país y todo el continente, investigar y preparar el material para sus numerosas publicaciones, las cuales se han extendido del plano local al continental, dándole reconocimiento internacional.
La Universidad Central de Venezuela se contacta con él para que tome la cátedra de Arquitectura Colonial Venezolana en 1958, lo que iniciaría una relación con la institución de muchas décadas y miles de alumnos que pasarían a formar parte del mundo arquitectural venezolano.
El Premio Nacional de Arquitectura de 1995 es solo uno de los múltiples galardones que ha recibido durante su extensa carrera, además de una dilatada labor como pintor, le colocan al centro del movimiento de la arquitectura y las artes nacionales, por esto, Construcciones Yamaro ha querido hacerse eco de su contribución y legado en Venezuela.