¡ENTÉRATE! Inmigrantes como constructores de un país
Cada país tiene su propia identidad. En ocasiones, esta identidad se construye por medio de la pluralidad de culturas, lo que los convierte en lugares de mayor aceptación a lo foráneo. Esto nos lleva a hablar sobre la inmigración, la cual es un hecho que nos ha acompañado, prácticamente, desde el principio de los tiempos. Se ha comprobado que muchos pueblos primitivos, se desplazaban de un lugar a otro como una alternativa para preservar su subsistencia.
Inmigrantes italianos |
Numerosos acontecimientos abruptos tuvieron lugar en Europa durante el siglo pasado. Guerras, dictaduras y estallidos sociales son parte de los elementos desestabilizadores que redujeron la calidad de vida de los europeos. Como consecuencia, grandes grupos migratorios buscaron destinarse a otros países, en búsqueda de un mejor futuro, comenta Armando Iachini.
La inmigración entonces, se tornó en una opción para todos aquellos que andaban en busca de nuevos horizontes y oportunidades para prosperar. Muchos de estos europeos tenían sus ojos puestos en los países de América. En el caso de Venezuela, la influencia europea estuvo comprendida, en su mayoría, por tres nacionalidades: portuguesa, española e italiana. Siendo esta última una de las más predominantes.
Es así como se consolidó una comunidad de exiliados italianos, cuya intención era la de venir a estas tierras para dar lo mejor de sí y poder cumplir con todo lo que no podían hacer en sus países.
Se estima que una gran población italiana se concentró en las zonas andinas, precisamente porque estas regiones les permitían hacer lo que mejor sabían, trabajar la agricultura. Si algo caracterizaba esta comunidad italiana que se estaba asentando en nuestros territorios, era su voluntad para el trabajo y para el progreso.
En octubre de 1950, arribaron al país los dos jóvenes italianos Pasquale Ianchini y Alfonzo Marozzi, quienes escapaban de los estragos de la Segunda Guerra Mundial A pesar de su corta edad, eran visionarios. Con trabajo duro, esfuerzo y dedicación, lograron fundar su propia empresa. Conocida ahora como Construcciones Yamaro, una de las compañías de construcción vial más importante del país.
Por Armando Iachini